El encuentro sería en el Tablón de Poncho. Media hora antes, Alfredo, un Santiaguero afable que llevaba tres días obrando como el más curtido baquiano en mi periplo habanero, me había dicho al abordar su Dodge verde crema modelo 1935: “ Con Teté te vas enternecer”. Al franquear el puente que divide a La Playa del Vedado, […]